La Comisión Europea ha aprobado el nuevo Plan de Acción para la Economía Circular, uno de los pilares del ambicioso Pacto Verde Europeoque ha puesto en marcha la Unión Europea para el crecimiento sostenible. El Plan aprobado por la Comisión forma parte de la Estrategia Industrial de la UE y presenta, entre otras, medidas para fabricar productos no obsolescentes; es decir, más duraderos, reutilizables, reparables y reciclables.
FSMS 2020 acogerá el debate sobre el Plan Verde de la UE, así como de su Plan de Acción de Economía Circular y de la futura Ley de Cambio Climático europea. FSMS es la gran convocatoria bienal sobre gestión de residuos y recursos enfocada hacia el paradigma de la economía circular que se celebra en IFEMA los años pares.
Cerrar el círculo, ese es el objetivo de la economía circular hacia la que camina Europa, un sistema en el que los recursos que utilizamos vuelven a entrar de nuevo en el sistema para su reutilización. Con ello minimizamos el empleo de materias primas nuevas y reducimos la generación de desechos. Las medias que propone este Plan de la Comisión Europea tienen que ver con todo el proceso de producción para que los europeos nos adaptemos al futuro verdeque se quiere alcanzar en el 2050. Un Plan que trata de fortalecer la competitividad al tiempo que protege el medio ambiente y da más derechos a los consumidores.
El proceso para implantar todas las medidas del Plan de Acción para la Economía Circular será gradual. A priori, la Comisión pretende duplicar el uso de este tipo de materialesa lo largo de la próxima década, para lograr que en ese período los productos ecológicos dejen de ser una moda y se conviertan en la norma, en lo habitual. “Cuantos menos productos desechemos -nos dicen desde la UE- menos materia prima extraeremos y mejor estará el medio ambiente”.
Las autoridades públicas de Europa, las empresas y los consumidores ya han comenzado a andar el camino hacia la transición de este modelo sostenible que es la economía circular. Con este Plan, la Comisión permitirá asegurarse que esta transición va a ofrecer oportunidades a todos para que nadie se quede atrás.
La estrategia de este Plan cuenta con tres líneas diferenciadas:
- Diseño de productos más sostenibles, que duren más tiempo, sean más sencillos de reutilizar, reparar y reciclar, e incorporen material reciclado en la medida de lo posible. También se restringirá el uso único, se abordará la obsolescencia prematura y se prohibirá la destrucción de los bienes duraderos no vendidos.
- Empoderar a los consumidoresfacilitando el acceso a la información sobre cuestiones como la reparabilidad de los productos y su durabilidad. Es decir, la Comisión quiere que los consumidores puedan ejercer de verdad su “Derecho a la reparación”.
- Hacer los procesos de producción más sostenibles. La Comisión pondrá en marcha acciones concretas para: electrónica y RIC, baterías y vehículos, embalaje, plásticos, textiles, construcción y edificación y alimentación.
Todo ello se desarrollará a través de iniciativas legislativasque incentivarán el diseño ecológico de los envases y productos y dará incentivos a las empresas que tengan comportamientos sostenibles. Las medidas buscarán que los productos mejoren su durabilidad y que se puedan reutilizar, algo importante desde el punto de vista de los envases.
El Plan también se marca como objetivo asegurar menos desperdicios, centrándose en evitar totalmente los desechos y transformarlos en recursos secundarios de gran calidad, estudiando la posibilidad de establecer un modelo armonizado a escala de la UE para la recogida selectiva de residuos y el etiquetado. Precisamente, en relación a los residuos, el Plan de Acción quiere ser vigilante con el problema de la exportación de residuos de la UE y hacer frente a los traslados ilegales y para ello propondrá una serie de medidas.
Para lograr la neutralidad climática en 2050, como quiere la Unión Europea, el vicepresidente de la CE, Frans Timmermans,aseguró en la presentación del Plan que “se requiere una economía totalmente circular. Hoy en día, nuestra economía sigue siendo en su mayor parte lineal, y sólo el 12% de los materiales y recursos secundarios se devuelven a la economía.Muchos productos, afirmó, se averían con demasiada facilidad, no pueden ser reutilizados, reparados o reciclados, o están hechos para un solo uso. Existe un enorme potencial a explotar tanto para las empresas como para los consumidores”.