EAE Business School ha presentado el estudio «La Inversión en I+D+i 2017», un análisis de la situación de la Investigación, el Desarrollo y la Innovación (I+D+i) no solo desde el punto de vista de los avances técnicos sino también de los procesos, formas de comercialización y organización interna de las empresas.
Según el informe elaborado por EAE, en España las empresas de más de 100 trabajadores que se consideran innovadoras suponen el 28,5%. Entre 2010 y 2015, hubo una bajada de la inversión en I+D+i situándose en torno a los 1.400 millones de euros, lo que representó una caída de un 9,71%.
En 2015 el PIB vuelve a los niveles del 2010 y aumenta la inversión en I+D+i un 5,5%, tanto a través de la administración pública como de la enseñanza y la empresa privada. Esto es debido a que el aumento de las exportaciones obliga a mantener unos niveles de I+D+i superiores con el fin de no perder competitividad y presencia en mercados exteriores.
Analizado por sectores, cabe destacar la subida de 66% en inversión en I+D+i del textil y la caída de los servicios financieros en un 30%. El informe de EAE concluye que nuestro gasto en I+D+I debería crecer en los próximos años por encima del 4% anual para, al menos, no perder los niveles actuales. Se debe acelerar, asimismo, la estrategia digital de las empresas para poder obtener los máximos beneficios a la inversión.
Las empresas españolas innovadoras enfrentan, entre otros, dos problemas ya conocidos entre sus homólogas europeas: las políticas públicas no estimulan la innovación con regulaciones, trámites, solicitudes de ayudas más acordes con este tipo de actividades innovadoras, y las universidades y centros de investigación no proporcionan suficientes recursos a las empresas innovadoras, que aparentemente tampoco colaboran con esos centros en la producción de esos recursos. El problema es coyuntural, pues la I+D+i es una partida candidata sistemáticamente a ser recortada en cuanto surjan problemas de financiación, pero también estructural en tanto que no acabamos de invertir la tendencia que nos aleja del puesto que deberíamos ocupar por el tamaño y solvencia de nuestra economía. Es muy posible que no haya suficiente confianza en el retorno de esas inversiones, o bien que, creyendo en él, no se disponga de los suficientes recursos ni estímulos de financiación en un contexto macroeconómico gobernado por el corto plazo.
Conclusiones del informe
- La inversión de Europa en I+D+i es mucho menor que la asiática con el doble de investigadores.
- En España la inversión en I+D+i se sitúa en el 1,22% (283 euros por habitante), un 39% menos que nuestros socios comunitarios.
- La inversión pública española es del 19%, la privada del 52% (puesto 18 de la UE).
- Sube un 66% la inversión en I+D+i en el sector textil español y cae la inversión en los servicios financieros un 30%.
- La economía verde y las innovaciones vinculadas con ella será uno de los tres motores principales de la economía en la próxima década, junto con el sector sanitario y el de las tecnologías de la información y la comunicación.
- Nuestro gasto en I+D+I debería crecer en los próximos años por encima del 4% anual para, al menos, no perder los niveles actuales. Se debe acelerar, asimismo, la estrategia digital de las empresas para poder obtener los máximos beneficios a la inversión.
- Las empresas de Cataluña, Andalucía y Valencia son las que más invierten en personal para llevar a cabo medidas innovadoras.
Fuente: EAE Business School